Habeas Corpus

Sonríes mientras aguardas el tan ansiado momento. Risa nerviosa que te quema por dentro.
Que surge entre las cenizas de lo que fue sufrimiento. Echa un vistazo a tu alter ego, dile que calle, que suficiente ha hablado. Mírate ahí, frente al espejo. Ahora habla, y deja que tu boca dé rienda suelta a las palabras que tanto ansías decir, las que tanto desean salir. Esas palabras prohibidas, acalladas con la muerte como alternativa.
Grita que eres libre, que ya no te atan esas cadenas que a rastras por el suelo te llevaban. Esas que nadie notaba, excepto quienes también ahí estaban. Gritad ahora que sois libres, que no hay reprimendas. Gritad todo lo que otros han callado, todos los que otros han acatado. Rebelaos. Ya no hay más torturas, se acabó el silencio. No hay más máscaras ni más corazas. Llorad como personas, no como mujeres. Defended como humanos, no como hombres.

Un momento Proust

Esto se me ha venido a la mente cuando, casualmente, estaba leyendo un artículo sobre 'Lo que te mataría si estuvieras en el vacío del espacio', y es que ha salido la palabra 'fotón' y ésta me ha llevado a 'fotomatón', que a su vez me ha llevado a 'fotografía' y, sin querer, me he acordado de una escena entrañable en la que, estando en clase de Latín, a final de curso de 2º de Bachillerato, fuimos todos a hacernos una foto y le dijimos a Mati (que era la profesora, una mujer muy...naturalista, por así decirlo, ya que siempre nos daba grandes remedios relacionados con hierbas del campo para los resfriados, dolores de garganta, etc.) que se pusiera con nosotras.
Ella se negó, y no se me ocurrió otra cosa que decirle:
-Mati, que eso de que las fotografías roban el alma...¡es mentira!
La verdad, no recuerdo si al final se puso o no, eso lo podría decir alguien que lee esto de vez en cuando. Pero reírnos, nos reímos. Ella incluída xD