-¡Mire, mire! ¡Mire el brillo de su mirada!
-Ay, que va a estar enamorada la niña.
-Ssshh...calle mujer, a ver si nos va a oír.
-Oye, y ¿quién será el mozo?
Se forma un silencio. Un largo silencio.
-Me parece, querida, que el mozo nunca será mozo.
Se oye un suspiro, un profundo suspiro.
Y las dos se volvieron y siguieron cosiendo los calzones, como si nada hubiera pasado.
Ella, ajena, seguía mirando a su perro pensando qué iba a comprarle por Navidad.
¡Qué hondo nos caló Lorca...! Jaja
ResponderEliminar¡Qué bueno!
ResponderEliminarEle, ¿Y quién será el mozo?
El jamás nombrado :p
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