Un espejo y varios rostros
de un recuerdo: el amor
compasivos de quien mira
sonriendo sin control.
Ojos ahogados en añoranza,
y puños revestidos de impotencia,
hacen del pecho de quien ama,
plaga de grandes turbulencias.
Agitada la respiración aparece
marcando su huella en el cristal,
y un dedo dibuja en un verso
la estela de un nombre sin azar.
Y se oye un suave susurro
el de una fiesta años atrás,
y despierta al que en soledad
soñaba sin soñar.
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