martes, 23 de noviembre de 2010

¿A quién qué?

-¡Mire, mire! ¡Mire el brillo de su mirada!
-Ay, que va a estar enamorada la niña.
-Ssshh...calle mujer, a ver si nos va a oír.
-Oye, y ¿quién será el mozo?
Se forma un silencio. Un largo silencio.
-Me parece, querida, que el mozo nunca será mozo.
Se oye un suspiro, un profundo suspiro.
Y las dos se volvieron y siguieron cosiendo los calzones, como si nada hubiera pasado.
Ella, ajena, seguía mirando a su perro pensando qué iba a comprarle por Navidad.

martes, 16 de noviembre de 2010

Visita inesperada

 

Redacto, pero no sé ni qué escribo.
Sigues estando en mi mente.
Tu mirada, tu olor, tu sonrisa, tus caricias tu voz...
No se me van de la cabeza, no puedo.

Apago el último cigarro. Y me voy a la cama. Entonces, sucede.
Recibo tu llamada, ¿de verdad quieres hablar?
Descuelgo.
Tímida, preguntas si sigo despierta.
- Vamos, no seas tonta, sabes que es de noche, y de noche siempre estoy despierta. ¿Qué quieres? ¿Te pasa algo? - Hasta yo misma me sueno fría y arisca.
- No...sólo me apetecía saber cómo estabas.
- ¿Desde cuándo te preocupas tú por esas cosas?
- Desde que he descubierto que me importas.
- Venga ya...
- Quiero verte.
- ¿Ahora? - Sí, me sorprende, y mucho.
- Sé que es tarde...y sé que tienes mejores cosas que hacer a estar conmigo. Pero te necesito.
Medito, realmente no sé qué decirle ¿tan sencillo es? No, no me lo creo...
- Ey, que si no quieres, no pasa nada. - Me dice al ver que no digo nada.
- No, no se trata de eso - balbuceo, ¿de verdad está pasando esto? - Claro que puedes venir - No, no le voy a decir que quiero verla.
- ¿De verdad? ¿No te importa?
- No, en serio. ¿Nos vemos donde siempre?
- Uhm, había pensado en ir para tu casa.
Eso sí que no me lo esperaba.
- A mi casa...De acuerdo. Te espero en 15 minutos.
- Hecho. Gracias.
- No las des, sabes que lo hago por egoísmo.
- Sí, y quien sabe si yo también.
- Habrá que descubrirlo, ¿no?
- Vamos pues, nos vemos en nada.
- Aquí te espero.

martes, 9 de noviembre de 2010

Tu partitura

Suena una canción dentro de mi cabeza. Hace tiempo que no me la puedo quitar. Siempre es la misma estrofa y la misma melodía. No sé por qué, pero me recuerda a ti. Incluso lleva tu propio aroma. Qué cosas, un sonido dueño de un aroma de mujer. Por supuesto, también lo acompaña tu sonrisa y el roce de tu piel.
Probablemente, este tema en otros oídos no suene tan bien. Puede, si cabe, hasta ser molesto. Repetitivo. 
La culpa no es de la canción, sino de mi mente. Es una lástima que sólo recuerde apenas unos diez segundos de algo que dura alrededor de seis minutos...
Espera, ¿seis minutos? ¿cómo es posible que recuerde lo que dura y no de lo que habla? Quizá sea porque no está en mi idioma...no, chorradas, aunque fuera en chino, que no es el caso...no, ésta está en inglés y debe ser del año...mierda, hasta ahí no llego. Pero joder, inglés. Que a estas alturas no es difícil...No sé. Debe ser tu rostro, que nubla todos mis sentidos cuando aparece en mi mente. Sí, definitivamente me estoy volviendo gilipollas, y todo por tu culpa. A pesar de que no lo sepas y aunque esto nunca haya pasado.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Baka

No intentes llevar un arma a dos manos con una sola.
Su peso es muchísimo mayor que el resto del armamento. Probablemente su filo sea igual al de una espada de una sola mano, o puede que un poco menos, ya que requiere más fuerza y por eso, normalmente, se tiene menos precisión. De ahí a que en la mayoría de casos se falle o el objetivo alcanzado no sea el del todo esperado.
Hay armas a dos manos que son de doble filo. Ya es difícil controlar estas moles pesadas, como para que, encima, puedan rasgar por ambos lados.
¿Sabes? Creo que el orgullo es una de las peores armas que tiene el ser humano. A veces incontrolable, sensible y bastante importante en según qué personas. No te creas especial por tenerlo, es algo bastante común. Y sí, podríamos considerarlo un arma de doble filo. Hiere, y mucho. Tanto a emisor como a receptor, ya que normalmente, en casos orgullosos, afecta a los dos en uno solo. Te duele no poder agachar la cabeza y pedir perdón, pero hacerlo supondría el dolor de tragarte tu propio orgullo.
Pues nada, sigue sufriendo, pedazo de masoca, por no tener un poco de humildad y por pensar que eres el ombligo del mundo, que yo ya le sonreiré a otra gente que sepa valorar lo que tiene y comportarse como personas, con su orgullo, pero también con su humildad.
Uy, casi se me olvida, el orgullo normalmente respalda a un cobarde. Pues como dice el refrán y a ti te va que ni pintado: dime de qué alardeas, y te diré de lo que careces, valiente.

jueves, 4 de noviembre de 2010

No se lo digas a nadie

Con el corazón en la mano he llegado hoy, cobijándolo por el frío de un adiós. Un adiós que se convierte en un hasta luego. 
Pero en estos casos un hasta luego siempre se hace eterno.
Pero sshh...esto sólo lo saben las musas, vosotros sois unos privilegiados conocedores de lo que no se debe saber.

Sueño

Mi fiel amigo que nunca me deja. 
Siempre perenne, nunca se aleja. 
Esto era un sueño que vivo despierta.
Respiro con fuerza y lo siento en mí entera
pensando un momento qué es lo que afecta
mas son sentimientos que viajan sin dueña
los tiene agarrados y no deja que vuelvan
al cuerpo sin brillo que desolado los espera
vacío en el aire de cristales se llena 
la gran amargura que en su sangre se cuela
despliega tus alas mi fiel luna llena
que hoy sin palabras mi alma se queda
de huellas marcadas su rostro envenena
quien fue en su momento mi dulce doncella
alegre apariencia su rostro refleja
la fiel inocencia que un gato despierta
y así como el gato se bufa y despega
de puños y sangre mis sueños repletas
ya son pesadillas mi amada condena
y aquí bajo el cielo yo brindo por ella
con este vacío que el aire se lleva