sábado, 11 de junio de 2011

Un ángel...fue un ángel sin duda lo que en sus brazos se arruyó
pasión desatada en un momento al filo de la cama
a través de su recuerdo
Fue un ángel y no su sombra
ni tampoco su locura
lo sintió como mis dedos sienten las teclas al escribir estas palabras
como el papel siente el fuego que a su cuerpo inflama
tan cálido, tan frío, tan frágil...tan solo...
tan solo sólo se apaga.
Sus lágrimas fueron de acero
rayos inmersos en la oscuridad
se abrieron paso por su cuerpo
cristalino de alas rotas
que resurgieron al alba, tras el último baile.

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