Situaciones diversas hacen replantearte muchas cosas, una de ellas es si realmente le importas a alguien.
Si partimos de la base de que sí, puede que te lleves una sorpresa non grata.
Puede que aquella gente con la que contabas te hayan dado de lado, no cuenten contigo, no se preocupen ni siquiera de si estás vivo o no.
Y todo porque haya pasado ¿cuánto? ¿un año? ¿dos?
¿Dónde quedaron todas aquellas promesas hechas bajo la luz de la luna aquella noche de verano? ¿o bajo aquella lluvia fría que empapaba todos nuestros rostros congelados, sin saber dónde ir porque ni siquiera estábamos en nuestra ciudad? ¿dónde quedaron todas esas sonrisas y miradas en las que sobraban las palabras, aquellas que eran sinceras y no dolían porque eran limpias y serenas? e incluso las nerviosas, las de no saber cómo salir de aquellas situaciones donde sabíamos que habíamos metido la pata hasta el fondo, esas en las que nadie se atrevía a salir corriendo porque ni si quiera nuestros propios cuerpos reaccionaban a nuestros deseos de desaparecer de ese lugar...¿dónde están?
No digas que es por el tiempo, sé realista, son las personas, cambiantes como sus vidas. Porque sí señoras y señores, la vida tiene que cambiar y no quedarse estancada en cuando teníamos quince años.
Pero el hecho de que la vida cambie, no significa que en estos cambios, los buenos amigos que siempre han estado contigo, no puedan acompañarte, aunque sólo sea una vez al año, en momentos importantes para ti.
Ah, lo olvidaba, puede que sean esos amigos los creadores de esos momentos importantes...pero sólo es una simple hipótesis. A fin de cuentas, cada uno lleva su propia vida, ¿no? ¿cómo van a poder ser compartidas? quizá esa sea la diferencia...sí, hay que diferenciar entre compartir y comparar. Y esto últimamente parece una competición, donde lo único que importa son los resultado de ver quién tiene más momentos de esos...importantes.
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