miércoles, 22 de septiembre de 2010

¿Cuándo vas a atacar?


Llevas mucho tiempo planeando,
demasiado pensando y al final tu tiro fallará
porque el tiempo habrá cambiado a tu blanco de lugar.

Puede que le hayas dado demasiado margen
puede que se haya puesto ya una coraza
o que haya estudiado ya tus movimientos
porque te conoce bien y sabe que siempre actúas igual:
desde la distancia, a través de mucho tiempo y con una trinchera como escudo.

Tu arco está ya viejo, deberás tensarlo mejor, y tus flechas...espera, ¿acaso tienes? Deberás preparar algunas, por lo que pueda pasar. Sabes que tu enemigo las controla bien, y muy rápido deberán ser lanzadas, con muy buena puntería, porque su corazón, como imagino que sabrás, está demasiado endurecido, tanto que a tus flechas partirá.

De la hoja de tu espada mejor ni hablamos, la tienes demasiado abandonada como para poder clavarla bien en su torso, afílala, la necesitarás, aunque sólo sea para intentar arañar su escudo de diamante.

¿Y tu daga? Mírala, está totalmente oxidada. Te dije que la mantuvieras en su funda, que si la sacabas y la exhibías se te iba a deteriorar. Y ahí la tienes, que no sirve ya para nada, ni para cortar un trozo de pan.

Y bien, ¿qué vas a hacer? ¿Cuál es tu plan? ¿Mueves ya las fichas y dejas de jugar? ¿o quieres seguir con esta historia que tiene claro su final?

4 comentarios: